El miedo no puedes dominarlo ni eliminarlo, solo puedes comprenderlo.

El miedo no es algo material, no puedes pesarlo ni medirlo, no puedes eliminarlo por completo ni tampoco dominarlo. El miedo es una emoción que experimentas en tu cuerpo y de la que eres consciente a través de tu mente. Por eso, lo único que puedes hacer con él es comprenderlo.

Los miedos tejen unos filtros en tus esquemas mentales que no dejarán pasar la realidad tal como es. Ocurrirá que ante cualquier estímulo que tu cerebro interprete como amenazador, reaccionarás con las respuestas que hayas aprendido a dar anteriormente. El miedo te hace responder exclusivamente al peligro, sea o no real, esté ocurriendo o tan solo lo estés imaginando.

La sociedad y la cultura nos han educado en los miedos. Estamos entrenados para crear corazas que nos defiendan de cualquier situación peligrosa, sin darnos cuenta de que el mayor peligro está en no despertar a la vida, en no esperar el día a día con la confianza puesta en nosotros mismos. 

Vivir sin miedo es un reto para cualquiera de nosotros. Muchas personas esperan a no tener miedo para atreverse a algo y sin embardo, solo hay que atreverse para dejarlo atrás. Todo cambia constantemente y lo que con frecuencia paraliza tu vida es tu propia mente focalizada en lo que temes. Permítete avanzar a pesar de sentir miedo.

Citando a Osho, “tanto los valientes como los cobardes sienten miedo en la misma medida. La diferencia es que los valientes siguen adelante a pesar del miedo y a los cobardes el miedo les detiene”.

«Vivimos fuera del amor porque estamos llenos de miedo»

Cuando algo en tu vida no avanza, te hace sufrir o te inmoviliza por el miedo, lo primero que puedes hacer para solucionarlo es comprender qué amenaza sientes, tratar de definirla exactamente y averiguar de qué te quieres proteger. Seguramente será una defensa para evitar el dolor de un deseo no cumplido, de un peligro que viviste en el pasado, de un miedo a perder algo, a fracasar, a defraudar, a la soledad, a la traición, a no ser capaz, …

Sea lo que sea, ese miedo te está impidiendo crecer. Te mantiene preso, te deja contra la pared porque te sientes vulnerable, incapaz de resistir o de afrontar las consecuencias de ser libre del miedo. Volviendo a Osho, podemos decir que el miedo te hace ser un «pigmeo espiritual».

Vivir sin miedo es romper las cadenas que te sujetan a lo conocido y entrar en un terreno de incertidumbre al que tu cerebro en principio se va a resistir.

Sin embargo ¿de qué puedes estar completamente seguro? Nada permanece igual siempre, nunca hay un día igual al otro, en la naturaleza la constante es el cambio, la transformación. Los seres humanos somos parte de esa naturaleza, así que para evolucionar, necesitamos aceptar el cambio.

Vivir con miedo te enclaustra en un espacio conocido, sin riesgos, en el que abres la misma puerta una y otra vez para comprobar que todo está en su sitio, que nada se ha movido y que nada te amenaza. Tendrás tu dosis de seguridad y la pedirás cada día porque engancha, pero recuerda que mientras el miedo te droga, tu espíritu se irá asfixiando. Ese es el precio.

Conocerte mejor y atreverte a comprender tus temores, tu parálisis, tu sufrimiento, es equiparte con las herramientas personales necesarias para vivir todas las oportunidades que la situación y el momento que vives te presenta.  Quien lo hace, avanza hacia su propia superación. Quien no lo hace te dirá que es una locura.

Pero ¿quién está más cuerdo, el que avanza en la incertidumbre o el que solo da vueltas en círculo?

Atrévete a superar tus miedos. El premio será tu libertad.

Procesos de crecimiento personal. Superación.

Los cinco pasos que darás conmigo.

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